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Si se te ha deshecho la trenza, si no es recta la raya de tu pelo, si las
cintas de tu corpiño no están atadas, ¿qué importa? Ven como estés, no te
demores más.
Ven, con presteza, por la hierba.
Si el rocío hace resbalar la correa de tu calzado, si en tus tobillos se
entreabren las ajorcas de campanillas, si se pierden las perlas de tu
collar, ¿qué importa?
Ven, con presteza, por la hierba.
¿No ves cómo las nubes cubren el cielo? Bandadas de cigüeñas se levantan
a lo lejos, desde la orilla, y furiosas ráfagas de viento se precipitan
sobre el yermo.
El ganado, inquieto, se refugia en los establos.
¿No ves cómo las nubes cubren el cielo? Es inútil que enciendas la
lámpara para mirarte: vacila y el viento la apaga.
¿Quién puede descubrir que no has pintado tus párpados con hollín? Tus
ojos son más oscuros que los nubarrones de la lluvia.
Es inútil que enciendas la lámpara, se apaga.
Ven como estés, no te demores más.
¿Qué importa que tu guirnalda no esté trenzada? Deja ya tu brazalete,
aunque no esté cerrado.
Las nubes oscurecen el cielo, y es tarde. Ven como estés, no te demores
más.
Rabindranat Tagore.